Capítulo 1,página 2
Absorto como estaba en sus pensamientos, Wesley se dio cuenta que el que se estaba comportando como un autista era él, y decidió corroborar su nota con Ana y el resto de los compañeros e ir a tomar unas coca-colas o unas cañas al bar de al lado.
- Entonces, ¿quieres ser un psicoanalista, eh?-dijo Nancy con su risa traviesa de siempre.
- Me interesa conocer las patologías extrañas que padece mucha gente, trastornos que pueden llevar a actuar de una forma que a la vista de los demás se nos plantea ilógica, irracional y, a veces, incluso sádica. Meterme en la mente de ese tipo de personas es algo que de verdad me pone los pelos como escarpias-argumentó Wesley ante el asombro de los demás.
- ¡Eso es porque ya eres raro de cojones!-dijo Javi con su habitual expresividad.
- Je, no lo pongo en duda-contestó el alumno recién licenciado, aunque no de forma oficial.
Wesley se paró a observar a los cuatro compañeros que tenía sentados a su alrededor. La mayoría de ellos eran con los que había tenido más trato a lo largo de sus años universitarios y con los que había compartido sus inquietudes profesionales, sus nervios pre-examen y charlas de bar, partidas de futbolín y como no, también de bolera.
Javi era el único de los que estaban en la mesa al que Wesley ya conocía antes de empezar la carrera. Habían ido juntos al instituto y habían elegido el mismo enfoque para los estudios. Javi era un chico moreno, con los ojos azules, y debía medir un metro setenta y cinco. Era muy buen chaval, o al menos eso pensaba Wesley. En ocasiones su forma de hablar era soez e incluso subida de tono, pero era una forma como otra de llamar la atención. Había salido durante dos años con una chica, a la que Wesley le había presentado, llamada Lourdes, pero no había funcionado. Wesley recordaba con cariño el primer día que fueron a la Universidad. Mientras estaban haciendo cola para hacer la matrícula, Wesley comenzó a hablar con una chica atractiva que estaba delante. Javi se había extrañado que a su amigo le fuera tan bien el comienzo, hasta que Wesley, presa de sus nervios, lanzó el bolígrafo que estaba manoseando diez metros lejos. Javi se rió de él por ser tan torpe en voz alta y la chica de enfrente no se pudo contener las carcajadas.
2 comentarios
Tutan -
Me estoy dando cuenta de que soy incapaz de poner algo que no suene a critica. Asi que mejor no digo nada :):):P
Josué -